Llegamos a Salta bien prontito por la mañana. Después de instalarnos en el hostel fuimos a hacer los recados urgentes: cambiar plata y alquilar un auto para recorrer el Norte de la provincia de Jujuy: La Quebrada de Humahuaca.
Hechos los recados, recorrimos la plaza, comimos humitas (masa de maíz y queso envuelta en las hojas del maíz) y empanadas en el mercado central, con los lugareños, y subimos a un cerro para contemplar una panorámica de la ciudad. Subiendo nos encontramos con Pedro y Luisa, una pareja que estaba de luna de miel con la que también coincidimos en Iguazú y le tomamos una foto... Después de 5 minutos de charla les ofrecimos que se unieran a la expedición con el auto. Se lo iban a pensar, nos dijeron.
Un rato más tarde, la parejita valenciana confirma asistencia. Para finalizar bien el día: de tenderetes. Y por fin, el momento esperado: nos compramos un mate, una bombilla de alpaca, yerba y un termo. 100 % estilo argentino.
PRIMER DÍA DE AUTO: SALTA-HUMAHUACA-TILCARA:
Al día siguiente comienza la aventura: manejar por las carreteras Argentinas!! Pedro y yo fuimos los conductores. Nos dieron un opel corsa sin cierre centralizado ni dirección asistida, pero con aire acondicionado, OEOEEE.
Primera parada: Jujuy city. Pedro manejó por La Cornisa, una carretera bien estrechita en la que de vez en cuando se veían señales del tipo: "Uno por vez". Así de estrecha era. Pero llegamos a Jujuy, nos tomamos un café e hicimos cambio de conductor. Madre mía Sarini fitipaldi!!
Pasada Jujuy entramos en la Quebrada de Humahuaca. La quebrada es un valle con colores espectaculares en las rocas a lo largo de la cual hay pueblecitos bien cucos, con casas de adobe, algunas calles sin asfaltar y gente tranquila. Paramos en Maimara a comer, justo en frente de un pequeño local en el que nos pusimos las botas los cuatro por 80 pesos (menos de 20 euros - los 4, no cada uno!!). Continuamos hacia el Norte y llegamos a Humahuaca. Paseamos por el pueblito, visitamos una escuela, conversamos con los artesanos y cuando llegamos al auto... habia una raja en el parachoques de atras... bueno, con la esperanza de que no se dieran cuenta los de Hertz cuando devolvieramos el auto volvimos hacia Tilcara.
Llegamos por la tarde noche y busca que te buscara, acabamos en un hostel la mar de lindo. Una cabañita para los cuatro, con cocinita, baño y una habitacion con dos cuchetas (=literas).
Al principio las hermanas Martin dudabamos que la pareja de luna de miel quisieran compartir la habitacion con nosotras, por el hecho de que estaban de luna de miel... pero como son una pareja bien original, divertida, con un sentido de la aventura espectacular (se vinieron con nosotras en el coche sin apenas conocernos... y se fiaron de mi conduccion, jeje!!), nos dimos cuenta cual era el estilo que les gustaba en sus viajes, tienen un autentico corazon de mochilero!! asi que los cuatro nos metimos alla.
Fijaos cual fue nuestra afinidad, que sin prepararlo, con la comida que ellos trajeron y la que nosotros llevabamos, mas unas cervecitas que compramos, cenamos como reyes en nuestra cabaña. Y a la luz de una tenue bombilla, tumbados unos en hamacas, otros en tumbonas, contemplamos las estrellas, conversamos y nos fuimos a dormir.
SEGUNDO DIA DE AUTO: TILCARA-PURMAMARCA-SALINAS GRANDES-SALTA
Nos levantamos temprano y nos metimos entre pecho y espalda un tremendo desayuno. Bendito hostel, que maravilla. Pedro, otra vez al volante, nos llevo hasta la Garganta del Diablo, otra vez, vaya carreterita!! sinuosa, de ripio y aunque no habia señales indicando "Uno por vez" lo podias percibir... Esta Garganta del Diablo es nada parecido a la de Iguazu, pero igual, bonita. Esta vez era un cañon que formaba el rio. Estuvimos andando por unas pasarelas que recuerdan a La Yecla burgalesa.
Despues, a Pucara, una ciudad precolombina que recorrimos con un guia con una capacidad de transmision de informacion enorme, precisa, concisa. Nos conto cosas sobre la flora, la fauna, la historia y los errores que los arqueologos de Buenos Aires hicieron en la reconstruccion del lugar. Realmente fea la piramide faraonica que los chabones se construyeron para ser enterrados en el lugar que destrozaron mas que arreglaron. Muy interesante.
Y Sarini al volante, llevo a los viajeros hasta Purmamarca, donde compramos viveres, fotografiamos velozmente al Cerro de los Siete Colores, nombre literal, una montaña que parece que la han pintado a rayas con colores calidos: rojo, marron , rosa, violeta, gris... y nos dirigimos por la sinuosa carretera hasta Salinas Grandes.
Me gusto conducir trazando las S de la ruta mientras camiones kamicazes sin carga me adelantaban, luego yo los volvia adelantar aun habiendo raya continua y DOBLE (estilo argentino, o adelantas o mueres chupando rueda) y mientras ascendiamos hasta los 4.000 m de altura. Como os podeis imaginar, el paisaje espectacular.
De repente, ya en la bajada se diviso al fondo una extension blanca... eran las salinas. Llegamos al lugar y lo primero, ponerse las gafas de sol, la luz reflejada quemaba!! Fotos y mas fotos en el paisaje blanco. Habia piletas abiertas, con agua salada y helada, en las que si metias la mano, cuando se secaba se quedaba bien blanca, por la altisima concentracion de sal.
Comimos en una fabrica de sal nuestros sandwichitos y cuando estabamos acabando una familia argentino-francesa llegaron muertos de hambre. En el lugar no habia nada para comprar comida asi que les dimos lo que nos sobraba... y que contentos!! Pues tenian 1 h hasta Purmamarca, asi que hicimos la obra de caridad del dia :)
Vuelta a Purmamarca. Queriamos hacer la caminata que rodea al cerro coloreado pero nos dimos cuenta de que ibamos con el tiempo pegado al culo, asi que cafe rapido para despejarnos despues de la solana que nos dio y para Salta.
De nuevo Pedro al volante, con su conduccion maestra y ya habituado a las costumbres argentinas; sorteo camiones, mas camiones, curvas y contracurvas... parece que llegabamos a tiempo y de repente... la policia argentina nos para a la entrada de Salta, cuando nos quedaban solo 20 minutos para devolver el carro. Nada un control rutinario... llegamos 5 minutos antes del cierre y aun asi la chica nos dio permiso para rellenar el tanque de gasolina.
Para mas suerte, o la raja del parachoques estaba o no se dieron cuenta, pues nada dijeron al respecto.
Para finalizar la aventura terminamos de gastarnos el bote comun que habiamos puesto en empanadas y cerveza.
Y ya, les dijimos adios a la genial y original pareja, con la que hicimos una simbiosis espectacular. Un placer haber compartido esos dias con vosotros.
Que vivais felices y comais perdices, como en los cuentos!!
1 comentario:
Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!
Que bonito relato de los dos dias que pasamos juntos... Nosotros ahora, en nuestras ultimas horas en Buenos Aires, mañana volamos para España...y se acaba nuestra aventura argentina y...nuestra luna de miel...
Fue un placer compartir con vosotras esos dias en la Quebrada de Humahuaca.
Que sigais bien vuestros viajes: en la Argentina y en Pamplona tambien.
Besos.
Luisa y Pedro...
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