Ya quedan sólo unas horas para que me embarque en la aventura. El 15 de febrero a las 23h55, si el destino no se tuerce o si un contratiempo no se cruza en el camino, el avión despegará rumbo a Buenos Aires.
Estoy sorprendida porque en el momento de escribir estas líneas aún no siento el corazón salirse convulso del pecho como un caballo desbocado. No soy consciente de lo que voy a hacer. Quizás mañana sea el día de ajetreo cardiaco, cuando me despida de mi madre y me vaya sola ya al aeropuerto. Probablemente sea reflexionando en la soledad aparente de Barajas cuando me dé cuenta de que ya, YA ME VOY A ARGENTINAAAAAA. Tanto tiempo esperando y no me lo creo.
La maleta hecha con precisión, buscando la combinación perfecta en cada prenda de vestir y complemento, tal que peso y espacio sean un mínimo y la utilidad un máximo; los teléfonos de los contactos apuntados: amigos, familia argentina, hospedadores y otros varios; los cacharros electrónicos cargados, dos buenos libros preparados, ajedrez y damas electrónicas y una baraja de cartas... todo parece estar bajo control, todo indica que una vez más le tengo que robar unos versos a Calamaro para expresar lo que llevo dento, pues "Ya siento que estoy radiante por (...) tomar aire, para saludar a Buenos Aireeeees"...
2 comentarios:
Ánimo Sarini! Mucha suerte y buen viaje, ya debes estar casi embarcando...
Un besico!
Buen viaje!! esperamos con ansias tu próximo post para saber qué tal te recibió Bs. As. Sonia
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